martes, 12 de diciembre de 2017

LA LIBRETA AMARILLA


 
 
 
 
«Hace unos días decidí que voy a utilizar una libreta. De color amarillo, sí; para identificarla entre el resto de los papeles que tengo siempre tirados por cualquier sitio.

Quizá no deba preocuparme mucho por mis descuidos, y estos sean debidos al momento de crisis por el que todos atravesamos. Las cosas no van bien para nadie, la gente discute en los programas de la televisión y yo me indigno cuando observo la falta de argumentos en muchos de quienes nos gobiernan.

Ayer, sin ir más lejos, rompí el televisor. Bueno… yo no lo recuerdo, pero mi hija le ha dicho al médico que lo rompí yo. Dice que me enfadé muchísimo con un señor que defendía en la tele las bajadas de las pensiones a los jubilados. Era por la tarde y yo estaba planchando. Teresa le ha contado al médico que lancé la plancha contra la pantalla. ¡Menudo susto debieron de darse! Sobre todo, los de dentro de la tele.

La verdad es que, efectivamente, estoy sin televisión, pero no creo que la haya estropeado yo con lo de la plancha. ¡Cómo no iba a recordar algo así! Estoy bien y no me pasa nada; es solo eso, que hay crisis y quieren que la paguemos los de siempre. Y yo, pues me indigno, como cualquier hijo de vecino. Pero como Teresín se ha puesto tan pesada, pues hemos ido al médico.

Casi llegamos tarde y se ha enfadado conmigo. Últimamente se enfada por cualquier cosa. Resulta que yo andaba buscando mis gafas desde anoche. «Marisa me ha robado las gafas» le dije cuando la llamé para decirle que no se fiara de la chica que viene los martes a limpiar. Debió  de molestarse porque, según dice, eran las dos de la mañana cuando la llamé. Eso no es cierto, porque yo a esa hora estoy barriendo la calle.

—Lo que necesito es un poco de descanso. Descanso y encontrar mis gafas —le he repetido cuando ha venido a buscarme para ir al médico—. Es todo cuanto preciso, no médicos. 

—Mamá… las llevas puestas. Anda, vámonos que se hace tarde.

—¡Huy, qué tonta estoy, Teresa! Si no me lo dices, ni me doy cuenta. [...]»
 
***
 
Así arranca esta historia contada a dos voces, la voz de la desmemoria y la del cariño. Ambas os esperan el próximo día 18 de diciembre, en La Casa Municipal de Cultura de Puerto de Sagunto. Allí os espero yo también, en buena compañía y ambiente prenavideño y ameno.
 
De Fragua y Yunque.